Día 3 :: Martes 15-1-08
Tres días. Y levantarnos en la calma de dormir cerquita del río.
Después de un pequeño desayuno nos fuimos a caminar en busca del callejón de los duendes, un lugar mágico con árboles techando todo el sendero hasta llegar al museo hippie al que decidimos no entrar.
De regreso paramos en la casa de una señora con un cartel extraño, marcianos y una campana para entrar, donde compramos yerba orgánica y nos llevamos higos y uvas de su jardín tan amablemente ofrecidos.
En el camino seguimos de compras: almacencito, jugo y verduras baratas en otra casa del pueblo.
Almuerzo del día: ensalada de arroz y verduras.
Tarde día arriba, elegimos una ollita de agua donde quedarnos a charlar y hacer macramé.
De merienda, chocolatada con galletitas (feas y naranjas).
Paseo por el centro. Cena con Pierre y Canec en el cuartito azul.
Algunas cervezas y fiesta en la plaza: La milonga de alambum (dios de la fiesta) desplegño toda su buena onda con su musika. Bailamos entre toda la multitud (descalzos, claro) candombre, salsa, cumbia, chacarera y carnavalito.
Hakuna matata, el 1er encuentro.
Fin de la fiesta, nos quedamos haciendo percusión.
Unas titas, unas vueltas y un hasta pronto.
Nos fuimos todos juntos (un gran grupo) al borde del río a seguir con la música en los banquitos de la juguería hasta que la policia vino a callarnos (pero no nos callamos)
Sari se fue a hacer mate con peperina.
Río arriba, mantitas y guitarras, pero la fiesta duró poco.
Todos se fueron a dormir. O casi todos.
Masajes tailandeses y hakuna matata.
Sari y el mate. Valenti y las mendozinas en la pileta hasta que aparezco yo. 6 am, flores y dormir afuera hasta que la lluvia y el señor del camping nos despertaron. 9 am, y dormir con lluvia hasta inundarnos.
Tres días. Y levantarnos en la calma de dormir cerquita del río.
Después de un pequeño desayuno nos fuimos a caminar en busca del callejón de los duendes, un lugar mágico con árboles techando todo el sendero hasta llegar al museo hippie al que decidimos no entrar.
De regreso paramos en la casa de una señora con un cartel extraño, marcianos y una campana para entrar, donde compramos yerba orgánica y nos llevamos higos y uvas de su jardín tan amablemente ofrecidos.
En el camino seguimos de compras: almacencito, jugo y verduras baratas en otra casa del pueblo.
Almuerzo del día: ensalada de arroz y verduras.
Tarde día arriba, elegimos una ollita de agua donde quedarnos a charlar y hacer macramé.
De merienda, chocolatada con galletitas (feas y naranjas).
Paseo por el centro. Cena con Pierre y Canec en el cuartito azul.
Algunas cervezas y fiesta en la plaza: La milonga de alambum (dios de la fiesta) desplegño toda su buena onda con su musika. Bailamos entre toda la multitud (descalzos, claro) candombre, salsa, cumbia, chacarera y carnavalito.
Hakuna matata, el 1er encuentro.
Fin de la fiesta, nos quedamos haciendo percusión.
Unas titas, unas vueltas y un hasta pronto.
Nos fuimos todos juntos (un gran grupo) al borde del río a seguir con la música en los banquitos de la juguería hasta que la policia vino a callarnos (pero no nos callamos)
Sari se fue a hacer mate con peperina.
Río arriba, mantitas y guitarras, pero la fiesta duró poco.
Todos se fueron a dormir. O casi todos.
Masajes tailandeses y hakuna matata.
Sari y el mate. Valenti y las mendozinas en la pileta hasta que aparezco yo. 6 am, flores y dormir afuera hasta que la lluvia y el señor del camping nos despertaron. 9 am, y dormir con lluvia hasta inundarnos.
