martes, 12 de febrero de 2008

Dia 7 :: sabado 19 de enero del 2008




Ya no se trata de reescribir.
Ahora escribo. Al lado ya no tengo hojas manchadas de la yerba orgánica que tomabamos allá, ni pedacitos de tierra, ni acotaciones al margen de algo que alguien dijo mientras yo escribía lo que estabamos haciendo.
De repente me dieron ganas de vivir.
Y viviamos tanto por allá que el tiempo se me iba de las manos. Tuve tantas ganas de disfrutar de cada cosa que ibamos construyendo, y de ellas, que mientras algunos días me dediqué a escribir cosas que me habian quedado pendientes, como a todo escritor amateur, se me quedaron las hojas atascadas quien sabe donde, y bueno. La pausa.
Dejé que eso me pasara porque sabía que en buenos aires iba a extrañar las
sierras.
Sabía que una tarde como la de hoy, cuando estoy estudiando y el mate empieza a lavarse, iba a tener la necesidad absurda de mirar las fotos una vez más y recordar con los pocos apuntes que mi agenda registraron de todo eso que a veces no se puede plasmar.
Si voy a intentarlo es por esta especie de obsesión que tengo de decir siempre un poco más, por este miedo sin sentido que tengo a veces de perder la memoria, y que alguien sepa, que alguien diga, que quede dicho.


Acá estoy hoy entonces. es martes, estoy en mi casa de beccar, y me hago una pausa en el estudio para recordar que nos pasaba ese sábado cordobés
Fué la mañana de la despedida. seguramente nos levantamos un poco nostálgicas porque era el día que habiamos decidido dejar San marcos.

No dormimos mucho (otra vez) y nos dedicamos a rearmar los bolsos, desarmar la carpa, despedirnos de los que quedaban todavia ahi, del camping, de nuestra parcela, mochilas al hombro y a caminar.
El pueblo y el micro rumbo a Capilla del monte. Sacamos los
pasajes apresuradas, y nos reimos porque volvimos a encontrarnos con los 3 mosqueteros que también esperaban el mismo micro rumbo al mismo lugar (nosotras nunca vamos a creer en las casualidades)
Un micro como los de larga distancia. A mi me toca sentarme junto a un extranjero que durmió todo el camino, y en este paseito, todas y todos decidimos reencontrarnos con los libros que quizas jamás volvimos a leer. Y nos quedamos dormidas. Hasta que llegamos a la terminal de Capilla del monte donde me acerque a la ventanita de turismo para averiguar campings, paseos, excursiones.
Los 3 mosqueteros esperaban a unos amigos, y decidían como nostras, tambien tirados en el piso de la terminal.

Nostras, no teniamos mucho mas que un mate lavado y algunos pancitos con miel.
Y entonces, decidimos ir a recorrer el pueblo, porque seguramen
te después, ibamos a estar instaladas en las afueras, sin muchas posibilidades de regreso.
Mochilas al hombro, llevarnos por delante a la gente a nuestro paso.
Un pueblo. No mucho más que eso. Era la hora de la siesta, habia poco por hacer, las agencias de turismo estaban cerradas, al igual que el refugio que tanto nos
habian recomendado, asi que nos quedamos sin torta y sin té.
En el camino nos encontramos a una amiga de nadi. esos encuentros raros que nos dan las vacaciones. Seguimos caminando, paramos en un quiosco donde
conseguí la revista Ñ con el cuento de Dolina (feliiz) y un calentador electrico que por dos pesos, nunca nos sirvió de mucho.
Las casas de alfajores eran tan tentadoras, que cuando nos quedamos con la nariz pegada en una de sus vidrieras, habremos dado lástima...porque la vendedora salio muy amablemente a regalarnos un alfajor a cada uno. Valenti hace rato no era tan feliz.
Y entramos en una quesería donde impulsivamente y llena de emocion, me compré un bombo.
Lo lleve orgullosa colgando de mi mochila, y a partir de ese momento, me la pasé musicalizando todos nuestros momentos.
Percusión. Percusión. Percusión. Fui feliz (aunque al final no comimos helados)
Conocimos la plaza, y la feria vacia. Descansamos un poco y nos fuimos a la
terminal de nuevo, a reencontrarnos de nuevo. (y ahora con un bombo, si, lo logré!) el interurbano que nos llevaba a la toma vino bastante rapido. asi que viajamos mirando por todas las ventanillas hasta llegar al complejo turistico donde ibamos a pasar los proximos dos días en la base del cerro uritorco.
Todas las averiguaciones hechas, armamos la carpa al lado de dos chaqueños, justo en la entrada del camping (otra vez) y nos fuimos a recorrer la toma.

Lindos paisajes. ollas, cascaditas, piedras, aguas. Caminamos bastante, recorrimos y nos sorprendimos de lo diferente que era todo por acá.
La organizacion, las reglas, la limpieza.
Por supuesto que no paso mucho hasta que los 3 mosqueteros pasaron por nuestra carpa y se instalaron unos metros mas allá.

Cuando estabamos recorriendo la entrada al uritorco donde hay una mini feria de piedras y un mirador hermoso, nos encontramos a Laura, mi compañera del grupo de teatro de hace unos años...y...las casualidades! un lindo encuentro, una sorpresa, una charla.
Teniamos que hacer compras. La proveduria era cara y no tenia nada.
Asi que nos fuimos a caminar para el lado del pueblo, creyendo que ibamos a tener que caminar algunos kilometros hasta encontrar algo. pero ni fue necesario porque un auto se ofrecio a llevarnos, y asi llegamos con nuestro minidedo (sin hacer dedo) hasta una casa que vendia un poco de todo, donde una viejecita simpatica nos regalo el mani, nos rebajo el precio del queso, y nos ofrecio un melón dulce, que ibamos a guardar para la travesía del día siguiente.
De regreso al camping, era de día pero ya había luna. Esta vez llegamos caminando y nos pusimos a amasar pancitos integrales para cenar esa noche con queso y al otro dia, para el camino y el desayuno.

Despues de luchar con el fuego, las maneras, la falta de parrilla. Despues de que yo me robara las ramas y los restos de carbon de las parrillas mas lejanas, y acompañadas por los chaqueños que nos prestaban la linterna y nos sacaban fotos, terminamos unos riquisimos pancitos a la estaca que cenamos bajo las estrellas, con el cerro de fondo, antes de irnos a dormir temprano esa noche.
El domingo iba a ser un gran día...


2 comentarios:

Brida dijo...

La Toma...voy a llorar.
No x la toma como camping, sino x ese lugar sagrado q es como mi casa, mis raices, todo.

=)

hermoso, simplemente eso.
Como diria Brunitus.

Roky Rokoon dijo...

buenisimo, yo quiero y necesito vacaciones yaaaaaaaaaaaa