martes, 1 de julio de 2008

Una receta.

La clinica medica, que se diluye en un mate.
La nariz nueva, rojita, que me regalo Fer/Aquiles, que se enrieda con la ventanita titilante de la pc.
El registro de la clase de ayer, que se mezcla con los sintomas del infarto agudo de miocardio.
El sueño que se mezclan con la memoria retrograda, patológica.
El nudo en la panza, que se desvanece con un beso.
El olor a mandarina por todo el colectivo, que se ahoga en el relato de las clases de ayer, y el día largo.
El juguete para aquiles, el vestuario de firulé, y la parada del 60. Tres en uno.
Que seas publico, amante y amigo. Que la risa, sea tu risa.
Hablar de esa despedida, mientras cambio el mate lavado.
Removerte del pasado, encontrar la llave, y sonreir aunque sea absurdo.
Que mi mama nos espere con la cena lista.
El entusiasmo, las ganas de jugar juntos, la devolución, el miedo.
Los resumenes de psicopatología todavía con hojas sin resaltar, y la despedida en la puerta.
El tostado inventado, y el malestar por aquella otra falta de comunicación.
Trabajar, o no. Animar, animarse, o no. Que todo tire un poco de mis mejillas.
Bola de: dudas, de hambre, de ganas de hacer pis, de intriga, de amor, de emocion, de nevrios, de malestar, de sintomas, de casnacio, de puuf.
Todo se mezcla a fuego lento. Agregar una pizca de que se yo que, respirar hondo, y dejar que los planetas, vuelvan a alinearse solos.

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