Las aventuras de Mandarina

I Antes de nacer.

Todavía no me había crecido la nariz. Pero mandarina, en el primer encuentro de los futuros payamedicos gritó: Eshtopacatoooooo! Y después, aprendí a mover las pestañitas para sonreir con los ojos, y a enamorarme como cuando era una nena.

II empezando a ser.

Corrió, corrió fuerte y contenta. Saltó una filita de narices rojas, hizo una reverencia bastante divertida y gritó: Soy payamedica! Mitad payasa y mitad médica.

Y la nariz, se le dibujo en el corazón para siempre.

III a la moda.

Mandarina salio a buscarse. Ya sabia que tenia que parecerse un poquito a esas señoras celtas que tocan la gaita. Y recorrio lugares exoticos, ferias llenas de nostalgias, lugares llenos de colores. Y de a poquito fue encontrándose. La ayudaron muchas personas lindas, llenas de entusiasmo también. Y quedo lista, hermosa, colorida.

Naranja. Mucho naranja. Violeta, verde, rosa.

Mandarina creó su propio arco iris.

VI. De a dos

Entra mandarina, a caballito de catalina.
Dos bichitos parecemos, sonrientes, y de la misma altura.

- “Les voy a contar un cuento:
Habia una veeez, un osito que se llamaba osias
Usaba un mameluco, y paseaba por la calle chacabuco
Osias no tenia alcancia, pero tenia muchos antojos
(cantado y bailando contentisisma)
Por fin se decidio y en un bazaaaaar, todo esto y mucho mas quiso comprar!

quierotiempoperotiemponoapurado (canto mandarina apurándose sin querer)
NO! apurado no :)
t i em p o de j u g a r q u e es el m e j o r (canto despacio, y mirando a la gente a los ojos)
chinpun! – “

el profe dijo: son muy liiiiiindas!
el tamaño, y las risas de todos. A mandarina le gustaron siempre esos abrazos.


V Todos podemos tener un mal día

Mandarina corre enojada, y en círculos.
Algun ufa, rebolea las colitas, camina rapido, da saltitos
de repente...de reojo y con disimulo, se para frente al cazador de zorro inglés, y le asusta con un simpatico: Buuuuu!!
pero los clowns son buenos, y los clowns se sienten tristes cuando saben que se portaron mal. Y entoces, mueve rapido las pestañitas y dice:
Perdoname....Me extralimité.
Mandarina sonrie, y se va.

Ahora, Mandarina busca palabras para mezclar un poco de sostificacion a sus trenzas añiñadas
Les garanto una sonrisa. Y muchas endorfinas.